Comenzamos este blog con historias que intentan recuperar algunas vivencias que daban cuenta de nuestra sociedad post dictadura hace unos treinta años… la promesa era seguir cronológicamente, pero la coyuntura y el territorio donde surgen estas líneas nos harán saltar del año 1987 a diciembre de 2021.
Nos encontramos a caminando los primeros días del 2022, momento en que las competencias deportivas de todo el mundo pudieron adecuarse a un marco de nueva normalidad. En una ciudad, que junto a Bahía Blanca o Mar del Plata podían tranquilamente disputarse la meca de este deporte a nivel provincial, con clubes trabajando estilos de juego que diferenciaban a cada liga, con importantes selecciones y una formación constante de jugadores que nutría a las distintas categorías del profesionalismo, o al menos esa es la imagen que construíamos quienes desde otras latitudes nos entrelazamos con el básquet de Junín.
En una ciudad con un poco más de 90 mil habitantes, contar con el valor diferencial de contar con una gran cantidad de clubes, facilita no sólo el acercamiento al deporte, sino una estructura de competencia en mejores condiciones que otras localidades que cuenta con pocas instituciones y deben realizar importantes distancias para competir. Quizás sea esta una de las razones por las que es muy común que un juninense (principalmente varones ya que no todos los clubes cuentan con básquet femenino) haya practicado entre los 6 y los 18 años. Se cuentan historias de selecciones provinciales, de representaciones en torneos nacionales, ascensos y descensos a la Liga Nacional. Son tantos los jugadores, que para dar lugar a aquellos deportistas no federados se ha organizado desde hace 15 ediciones un torneo destinado a este público, con más de 120 participantes.
Es cuestión de recorrer clubes, llenos de chicos aprendiendo en el mini básquet, cientos de adolescentes por las tardes practicando, entrenadores que no sólo se preocupan por la táctica para ganar partidos, sino que hacen hincapié en la formación y los fundamentos deportivos. Una cultura del básquet como deporte que pareciera ser una cantera inagotable. Pero ojo, que el término cantera puede ser una trampa, porque encierra en sí misma una lógica extractivista, minera, de corto plazo, y si no pregúntenle a las comunidades que luchan contra la megaminería.
Es la estructura, estúpido
Recordarán la famosa frase que se popularizó durante la campaña electoral en Estados Unidos en el año 1992, poniendo el acento en la variable económica y los resultados electorales, entre otras cosas. En el deporte, podríamos trasladar la oración, pero haciendo referencia a la estructura organizativa y de competencia.
Si comparamos contextos y desarrollo, los principales limitantes que encuentran aquellos jóvenes en clubes con ligas pequeñas o poco organizadas es su capacidad de crecimiento y competencia. Demás está aclarar la relación directa que existe entre estas estructuras organizativas y la formación de deportistas. Visto a la distancia, Junín, con 2 instituciones participando en los torneos de la Asociación de Clubes y una cantidad importante de apellidos que nutrieron a clubes de todo el país, pareciera que se trata de esos ámbitos donde la asociación funciona aceitadamente para facilitar que los clubes puedan desarrollarse.
Las apariencias suelen mostrar verdades a medias, así que intentamos conocer más sobre la organización del básquet juninense. No hace falta hacer un trabajo de investigación tan detallado para encontrar que la Asociación Juninense de Básquet (AJB) no cuenta con sitio web, y algunas redes sociales desactualizadas, lo que dificulta al público acceder a la información básica de la competencia local. Consultamos por la institucionalidad, actas, autoridades vigentes, libros y casi que mejor no seguir averiguando, porque implicaba una caída en un agujero negro.
Seguimos intentando conseguir información, poniéndonos en el lugar de cualquier padre o madre de un joven deportista que quiere enterarse de las novedades del torneo donde participa su hijo. Solamente se puede apelar a los portales o secciones de periodismo deportivo, que se focalizan en los resultados de los partidos y alguna que otra nota de color. En una época en que a través de las redes se fortalece el vínculo directo entre el público y sus instituciones, difícilmente te puedas enterar las novedades si no sos dirigente o cercano a algún grupo donde la información, en épocas donde los contenidos están presentes las 24 horas en el celular, circula como un bien escaso.
Torneos que comienzan y no se conoce como finalizarán, si con formato playoffs o cuadrangular final, sin previsión del fixture, con categorías que han jugado menos de 10 partidos en un semestre. Sin claridad sobre protocolos frente al COVID, con fechas divididas entre varios días de la semana, haciendo casi imposible a una familia concurrir a varios partidos, y en consecuencia, con gimnasios escasos de público. Datos y realidades que son síntoma de problemas estructurales.
Que el virus no tape el bosque
La final de la categoría U19 del torneo “Cristian Márquez” se suspendió, según trascendió en los portales, porque algunos jugadores había dado positivo de COVID. El día previo a la suspensión de la final, mientras los chicos de la categoría U15 de los clubes 9 de Julio y Los Indios estaban listos para disputar la final, se amenazó minutos antes con la suspensión del partido por un supuesto problema con las entradas al juego, aunque luego quisieron instalar que también se debía a supuestos casos de COVID.
Mientras el básquet de Junín se enredaba en estas discusiones, las diferentes competencias en otras latitudes completaron sus torneos, en todas sus categorías, con reglamentos claros que se conocían al inicio de la competencia y se respetaron. Nuevamente, en un año Niña, con escasas lluvias y el sector agropecuario preocupado, en nuestra ciudad nos la rebuscamos para hacer agua… aunque lamentablemente sin fines productivos. La gestión sin política, aborta la capacidad transformadora de la acción colectiva; pero política sin gestión, es pura rosca.
Los pibes están para más
Noviembre y diciembre de 2021 fueron más que atípicos para los pibes que juegan en las divisiones formativas del básquet de Junín. Pasaban los días, subían las temperaturas, los entrenamientos se conjugaban con los exámenes finales y recuperatorios. Hasta último momento, no se tenía certeza sobre la competencia ni los entrenadores podían planificar correctamente las semanas de trabajo. A pesar de este cuadro, los chicos nos ofrecieron partidos de gran nivel, porque más allá de lo hagan quienes dirigen la asociación de básquet local, los pibes están para más y lo demuestran cada vez que ingresan al rectángulo. Si serán buenos, que nos costó escoger una sola foto que ilustre esta nota, ya que cada click de la cámara registraba una pequeña obra de arte.
Será cuestión de promover y fortalecer estas capacidades, porque las canteras se agotan; pero los modelos sustentables (en lo organizativo, en lo social y también en lo económico), perduran en el tiempo